Tan habitual en nuestras vidas que solemos recurrir a él para explicar cualquiera de nuestros males. Aunque nuestras emociones son mucho más complejas…
Nos enfrentamos a diario a situaciones de estrés en las que nuestro cerebro interpreta las situaciones como una amenaza lo que lleva al sistema nervioso a estar preparado para medidas drásticas. Así llega el estrés, la ansiedad e incluso la desesperación.
Como no podemos huir, el cuerpo y el cerebro tienen respuestas enfrentadas y podemos llegar al bloqueo.